
El cuerno de Lorentxo
Hace ya unos meses que nuestro cordero Lorentxo (hoy un carnero) se independizó y decidió que su vida estaba junto al resto del rebaño y no en la cuadra con las vacas.
Esto, que a priori era y es una buena noticia, le ha acarreado un pequeño problema de cuernos.
Ya os conté aquí que Lorentxo tiene una cornamenta un poco rebelde. En su día estuvimos a punto de cortarle el cuerno derecho porque se acercaba peligrosamente al ojo. Entonces tuvo suerte y, de algún modo, se lo rompió él solito y se libró de la intervención.
Mientras ha estado pastando fuera, los cuernos han seguido creciendo y, sin que nos diéramos cuenta, otra vez el derecho se ha ido acercando cada vez más a su cabeza. Ha llegado a herirle y adentrarse un centímetro en la carne pero, por suerte, la herida no se le ha infectado.
No nos ha quedado más remedio que traer a casa e intervenir a un asustado Lorentxo. Con una delgada sirga hemos cercenado parte del cuerno y hemos liberado a nuestro carnero favorito de una situación que seguro le estaba dando unos cuantos dolores de cabeza.
La operación ha sido rápida y aparentemente indolora. Después hemos desinfectado la herida y Lorentxo ha vuelto a pastar con sus amigos carneros y sus posibles futuras novias ovejas.
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