Herbicidas

Herbicidas

8 julio, 2016 0 Por admin

He leído hace poco que la probabilidad de padecer un cancer es mucho mayor entre los agricultores. Se supone que por los productos fitosanitarios que usan. Entre ellos los herbicidas que, casi todos, llevan en su composición el controvertido glisofato.

Lo ideal sería un cultivo ecológico de nuestros campos. Pero a veces las cuentas no cuadran y nos vemos obligados a usar herbicidas. Ya que no nos es posible evitarlos, por lo menos vamos a usarlos lo más racionalmente posible teniendo en cuenta varias cosas:

El viento
Importantísimo esperar a un día sin absolutamente nada de viento. De otro modo, parte del herbicida sería arrastrado fuera de nuestros campos. Además contaminaría tierras que no son nuestras y sobre las que no tenemos ningún derecho y estaríamos desperdiciando nuestro tiempo y dinero.

Los EPIS

Hay que ser prudente y utilizar los equipos de seguridad correspondientes que nos protejan del contacto con el veneno. Principalmente guantes, mascarilla, gafas, botas y buzos.

La mezcla.

Debemos seguir las instrucciones del producto en cuestión. Echando más cantidad de la necesaria solo conseguiremos crear resistencias en las plantas y tirar nuestro dinero. Así que es mejor no pasarse con las dosis y llenar la cuba con la dosis justa.

Claro que para saber cual es la cantidad correcta a veces hay que tener una lupa a mano. Las etiquetas están escritas con una letra tan pequeña, que sospechamos que no quieren que las leamos.

La boquilla.

Todos los carros herbicidas disponen de un conjunto de boquillas de distintos colores. Cada color tiene un orificio de salida diferente. Elegir bien cual poner, hará que usemos la cantidad de mezcla justa que necesita nuestro cultivo. La cosa no es tan fácil como parece ya que hay que tener en cuenta a qué velocidad va a trabajar el tractor, cuantos litros por hectárea debemos utilizar y que separación tienen las boquillas entre si.  

Teniendo en cuenta todo esto, y con la boquilla adecuada, ya podemos ponernos a trabajar en el campo con nuestro flamante carro herbicida.