La maternidad

La maternidad

10 septiembre, 2020 0 Por admin

En nuestra cuadra hay un espacio habilitado para poder separar las vacas que están a punto de parir. Yo lo llamo la maternidad, aunque más bien es un «hospital » ya que ahí llevamos también a las vacas enfermas.

Cuando les llega el momento del parto las vacas no deben estar demasiado gordas ya que eso les dificulta el trance. Por eso, unos días antes del alumbramiento hay cambiar su dieta y no vale alimentarlas del mismo modo que las que están dando leche. Si hace buen tiempo pasan los últimos meses de embarazo pastando en el prado y, cuando se acerca el día, las pasamos a nuestra particular maternidad.

Por lo general, nuestras vacas paren solas y sin mayores problemas. Alguna vez les hemos tenido que facilitar el trance ayudando al ternerito a nacer y muy pocas veces ha sido necesario llamar al veterinario.  Hace un par de días vivimos uno de esos momentos en los que  algo no marcha bien y no ves el modo de que el parto transcurra con normalidad si no es con la ayuda de un profesional. Así que no nos quedó más remedio que avisar al veterinario. Y, por supuesto, hice unas cuantas fotografías para contaros cómo transcurrió todo.

El instrumental básico para estos casos es sencillo: un par de cuerdas con las que atar las patas del neonato. Pero si el parto se complica, tañemos en la cuadra una especie de «fórceps» algo más sofisticado.

El parto suele ser sorprendentemente rápido. Y, aunque las vacas se recuperan a la velocidad de la luz, dimos a la madre un poco de alimento especial para que recobrara las fuerzas y los minerales perdidos.