Los mil y un tornillos

A veces, en la granja hay que hacer trabajos de mantenimiento que nada tienen que ver con los animales. Estos días nos está tocando hacer de mecánicos y cambiar las desgastadas cuchillas del rotovator. Tantos tornillos hemos tenido que soltar, que no he podido resistir la tentación de llamar a este post los mil y un tornillos.

El rotovator o cultivador, es un apero de labranza que básicamente consiste en un eje giratorio rodeado de cuchillas. Su misión es remover y preparar la tierra antes de sembrar. Se podría decir que es un arado evolucionado. Los más básicos son manuales y se usan generalmente en pequeños jardines. El nuestro va enganchado al tractor.

Con el contacto con la tierra las cuchillas se van desgastando poco a poco. Por eso, cada cierto tiempo hay que cambiarlas. Y ahí empieza el problema. Porque nuestro rotovator tiene 60 cuchillas y cada una 2 tornillos que la sujetan. Cambiarlos no sería nada del otro mundo con las herramientas adecuadas y si no fuera porque están tan apretados que parece que no se tuvieran que soltar hasta el día del Juicio final. Pero si solo dispones de un par de llaves fijas, se necesita una fuerza brutal.

Por suerte, ya en su día, Arquímedes descubrió como la fuerza se multiplica si te ayudas de una palanca. Y eso hemos hecho, alargar las llaves con unos tubos huecos. Así hemos conseguido soltarlos (y volverlos a apretar) sin salir lesionados del intento.

Aun así, nos ha costado unas cuantas horas y muchas agujetas renovar el rotovator. Y a mí, los 120 tornillos me han parecido 1000.

Antes

Después