Los visitantes

Un club hípico está haciendo una ruta por la zona y nos ha pedido que les cedamos un prado por una noche para que los caballos puedan descansar. Así que al atardecer han llegado un montón de visitantes que han animado un poco la vida de la granja.

Teníamos un poco de miedo de que el ganado se asustara y se pusiera nervioso con tanto jaleo. No sería la primera vez que un sobresalto y una huída despavorida provoca un aborto en alguna de nuestras vacas. Pero la noche ha transcurrido con tranquilidad y a media mañana los jinetes han vuelto a por sus monturas y han seguido ruta.

Nada especial que contar, pues, en este día. La pena ha sido que Chocolate y Chiquito, nuestros caballos, estaban pastando en otro prado, lejos de casa y no han podido disfrutar de la compañía de sus congéneres. Pero seguro que los visitantes vuelven y ¡quién sabe!, a lo mejor entonces entablan una noble y duradera amistad caballar.